sábado, 10 de septiembre de 2011

A mi padre...

Otra noche estrellada, otro amargo, otra historia que contar...
El mate amargo de chico no me gustaba, no me gustaba porque era amargo y yo era muy chico para tenerle cariño, siempre vi a mi padre con el pero me era dificil el tomarle cariño a semejante infución.
Varias veces quise probarlo por mero interes, como quién prueba una cerveza o un cigarro, a estos últimos jamás les termine de simpatizar, sin embargo con el mate hubo algo distinto... Como si fuera un coqueteo poco a poco lo fuí conociendo, (como se conoce a un amigo) compartía cosas con mi padre y había un mate de por medio, mi padre trabajaba y había un mate de por medio, yo trabajaba y había un mate de por medio... Cualquiera intuiría cierta locura en esto, encontrar mate en todos lados, sin embargo siempre fue como un artículo de fondo dentro de mi vida, nada importante; hasta hace poco:
Varios de los que en conocen de "Memorias" han de saber que todos los veranos participo en un movimiento de enseñanza y educación de adultos en comunidades alejadas y sin recursos, una labor que llevo a cabo con sumo amor y entrega; bueno pues he de serles sincero, después de mes y medio lejos del hogar uno anhela las cosas allí presentes, y mientras durante varios años me encontré a la compañía de mis amigos y las estrellas este presente año un impulso taladró mi pecho y decidí llevar a un nuevo compañero de viaje...
Durante una larga noche de trabajo (en la cuál cabe mencionar no dormí) decidí probar mi suerte en el arte de preparar mate, y no solo como experimento de soledad, sino rodeado de varios amigos que al verse en las mismas condiciones no le hicieron asco a la ocasión. Solo puedo decir que fue una hermosa experiencia llena de sencillez y dulzura,el compartir algo propio hacia los demás estando todos alejados de todo en un medio hermoso pero al que no pertenecíamos...
Aquí tenemos un culpable, alguien que sembró una semilla que crecería enormemente, si, mi padre, a él le debo una noche de amigos, cientos de enseñanzas con gusto bellamente amargo, compañía en la soledad, sencillez y humildad para aprender nuevas cosas, paciencia para enseñarlas y cariño para compartirlas.
¿Acaso un sencillo amargo puede unificar tantos valores y relaciones? Si, unifica el pasado con el presente y el futuro, unifica personas y momentos.
Gracias Padre, por una de las enseñanzas más grandes dentro de esta vida.

2 comentarios:

  1. Hola querido amigo...Tu nueva casa me gusta.
    La noche, donde nos cobijamos en nosotros mismos, donde las estrellas y la luna, y el silencio nos acompaña....
    No tengo el gusto de provar el mate..
    Quizás lo haga, seguro que al provar el mate, la imagen de tu padre, siempre está presente...
    Un gusto, venir a tu casa... y gracias por venir a mi casa...Besos de brujilla

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  2. Querido amigo:
    me encanto conocer tu nueva morada y deleitarme con este escrito.
    Un mate une y reúne a todos los que lo comparten!!!
    Gracias por tu visita.
    Eres bienvenido siempre.
    Besos

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La noche más oscura se ilumina con la sencillez de la luna, el amargo se torna placentero con la compania de lso amigos...